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sábado, 12 de mayo de 2012

Ingredientes cosméticos PERJUDICIALES!!


(ARTÍCULO NO APTO PARA HIPOCONDRIACOS)

Algunos de los ingredientes  de los productos de higiene comerciales pueden resultar perjudiciales. Un porcentaje importante de las sustancias que entran en contacto con la piel acaba penetran­do en el cuerpo. Estudios recientes han mostrado que se absorben más toxinas a través de la piel y de la inhalación que a través de los alimentos.
Irritaciones cutáneas, asma, reaccio­nes alérgicas, dolores de ca­beza y alteraciones hormonales son al­gunas de las posibles consecuencias de entrar en contacto con sustancias muy usadas como subproductos cosméticos de la industria del petróleo.


La higiene es esencial para reducir la incidencia de las enfermedades infec­ciosas, sin embargo, una higiene exce­siva puede provocar problemas, entre ellos la aparición de alergias e incluso, paradójicamente, infecciones.


Una buena parte de la industria cosmética utiliza como ingredientes de sus geles, jabones, perfumes, champús, maquillajes, desodorantes, etc., sustancias tóxicas capaces de provocar un sinfín de trastornos más o menos graves, cáncer incluido. Una realidad en parte consentida por las autoridades.


La ley dice claramente que no pueden contener sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas pero un simple vistazo a las etiquetas -incluso de marcas internacionalmente conocidas y de prestigio- demuestra que las leyes no se respetan y sólo les obligan a poner el listado de ingredientes. Y son cada vez más los expertos que entienden que muchos cosméticos son auténticos venenos, por legales que sean. La excusa de que no son peligrosos se basa en que los tóxicos que contienen están en pequeñas cantidades, pero son productos que se utilizan a diario y, por tanto, la cantidad de sustancias perjudiciales que termina entrando en el organismo es elevada. 


Una táctica comercial consiste en in­cluir extractos de plantas para darle una apariencia natural al producto.  Para diferenciar sus productos llevan el sello BDIH o el Cosmebio. Estos ava­les garantizan que los ingredientes utilizados son naturales y si es posible de cul­tivo ecológico.

Lista de los ingredientes más peligrosos que se deben evitar:


Aceites Minerales
Se trata de sustancias derivadas del petróleo que la industria cosmética utiliza como agentes antibacterianos y para mejorar la textura de las cremas de forma que resulte agradable ponerlas sobre la piel. También son uno de los ingredientes principales de los productos para el cabello. Estas sustancias cubren la piel con una película plástica que tapa los poros, bloquean la respiración de las células, extraen la humedad de la piel y la sacan a la epidermis de manera que ésta aparece brillante e hidratada. Pero sólo aparentemente porque, en realidad, a causa de esa capa plástica que la recubre, la piel queda incapacitada para cumplir con sus funciones de defensa. Entre otras cosas, impide eliminar toxinas y, como consecuencia, aparecen acné, irritaciones, rojeces y otros desórdenes además de hacer que envejezca prematuramente. De ahí que cuando se dejan de usar estas cremas con aceites minerales la piel aparezca aún más seca y estropeada que cuando se empezaron a usar. Están en casi todas las barras protectoras para labios y esa es la causa, por la que muchas veces nuestros labios se agrietan cada vez más si no seguimos usando la barrita. Figuran bajo las siguientes denominaciones: Mineral oil, Paraffinum, Paraffinum liquidum, Petrolatum, compuestos con las sílabas Paraffin o Petroleum. También son derivados del petróleo las siliconas Silicone quaternium, methylsilanol, dimeticona, y se esconden en nombres como cera microcristalina, ozokerit, ceresin, o vaselina. Pero de entre estos derivados destaca especialmente el Propylene Glycol, un líquido incoloro usado en la industria como anticongelante, que forma parte de la composición de multitud de productos cosméticos que ayuda a retener la humedad de la piel y que hace que ésta se perciba al tacto suave y sedosa, pero numerosos estudios lo relacionan con la dermatitis de contacto, de hecho se le considera el principal irritante de la piel, incluso en concentraciones muy bajas, y con algunos trastornos del riñón y el hígado. También puede irritar los ojos, causar trastornos gastrointestinales, náuseas, dolor de cabeza y vómitos, además de afectar al sistema nervioso central. Algunas parafinas pueden almacenarse en el hígado, riñones y gan­glios linfáticos. Además estos aceites minerales pueden estar contaminados con cancerígenos hidro­carburos aromáticos policíclicos.

Colorantes
Conseguir un color permanente y perfecto es uno de los cometidos más difíciles en la química. No sólo sirven para darle un aspecto acaramelado a cremas y geles de baño, sino que son el principal componente en maquillajes, tintes y decolorantes. Muchos de ellos han demostrado -al menos en animales- ser altamente cancerígenos y alterar las moléculas de ADN. Los componentes con las sílabas anilin, anilid, como en acetanilid, delatan un colorante altamente cancerígeno y tóxico. Algunos agentes colorantes tienen una estructura molecular tan complicada, que se les han dado iniciales o nombres fáciles para simplificar su denominación, como HC orange 3, acid Red 73, pigment Green 7 o solvent black 3. Todos ellos esconden sustancias altamente cancerígenas.

Sustancias halogenorgánicas
Causan alErgias, son sospechosas de causar cáncer, y suponen una grave contaminación del medioambiente por no ser biodegradables. Se trata de combinaciones de cloro, bromo y yodo como aluminium chlorhydrate, methyldibromo glutaronitrile, iodopropynyl las peligrosas sílabas cloro, bromo, yodo no se deben confundir con chlorid, bromid, iodid, que suelen ser componentes inocuos de sales.
El Aluminio es otro elemento sobre el que también hay sospechas fundadas acerca de su toxicidad. Este metal puede favorecer enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el Alzheimer. Destaca el hecho de que en las autopsias realizadas a pacientes que padecían esa enfermedad se encontraran en sus cerebros grandes concentraciones de aluminio. Además se sabe que el aluminio puede unirse al ADN y modificar su estructura así como alterar la actividad de los genes. Su absorción se produce tanto por vía oral como a través de la piel, de ahí que los cosméticos que lo contienen sean una fuente de contaminación. El aluminio -en sus distintas formas- puede encontrarse en cremas hidratantes, pintalabios, desodorantes, etc. En forma de aluminium chlorhydrate osulphate está presente en la mayoría de los antitranspirantes del mercado. Su acción astringente consigue reducir o inhibir el flujo de sudor, pero también puede causar cáncer de mama al provocar la mutación de las células. Ello se debe al parecer a que al evitar la eliminación de toxinas a través de las axilas fuerza al cuerpo a depositarlas en las glándulas linfáticas que se encuentran bajo los brazos. Tal es la razón de que la mayoría de los tumores cancerígenos de mama se encuentren precisamente donde se encuentran esas glándulas. Efectos similares los provocan los parabenos, sustancias bacteriostáticas y fungicidas utilizadas en multitud de productos. Estas sustancias pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de tumores asociados a los niveles de éstos como es el caso del cáncer de mama. Lamentablemente los parabenos -en cualquiera de sus formas como methylparaben, ethylparaben, buthylparaben y propylparaben- se encuentran en más del 90% de los productos que permanecen en la piel y en más del 70% de los que se enjuagan.


PEGs
Polyethyleneglycol (PEG) y derivados (PPG polypropylene glycolpolyglycol, polisorbato, copoliol...), hacen permeable la piel y facilitan la entrada de sustancias, lo cual es bueno, si se trata de aditivos sanos, pero malo, si son venenosos. Los introducen en las células, cuyas paredes se vuelven más permeables. Son emulgentes, es decir que mezclan los ingredientes grasos y el agua. En productos naturales no se permiten más de 5 PEGs por artículo, pero la cosmética convencional abusa de ellos. Aparte de aparecer como PEG seguidos de un número, que indica su peso molecular, se les reconoce por los sufijos eth: steareth, ceteareth...

Sodium lauryl sulfate y Sodium laureth  sulfate
Estos sulfatos son el ingre­diente que provoca la espu­ma, detergentes muy irritantes, usados en el 90% de los champús y geles, que han provocado problemas de pigmentación, así como comedones y pérdida de pelo en las partes expuestas en tests con animales. La Cosmetic Ingredients Review los ha calificado de aceptables en productos de uso poco frecuente y sólo en concentraciones inferiores al 1%. Sin embargo se pueden encontrar en primeros puestos incluso en dentífricos. Su efecto es tal que, por el simple contacto con la piel, se absorbe y se almacena en los tejidos del corazón, el hígado, los pulmones, los ojos y hasta el cerebro. Al mezclarse con aminas presentes en la fórmula pueden formar­se nitrosaminas, muy canceríge­nas.

Diethanolamine (DEA)
Es un químico extremadamente peligroso. Se trata de una base detergente y espesante que figura en la etiqueta de más de 600 productos cosméticos y para el hogar. Sobre esta sustancia el doctor Samuel Epstin -profesor de Salud Ambiental de la Universidad de Illinois, USA - afirma que, aplicada en repetidas ocasiones sobre la piel de ratas, hace aumentar exponencialmente la incidencia de cánceres de hígado y de riñón. Tras absorberse por la piel se acumula en los órganos, entre ellos el cerebro. Ade­más, como residuo contamina las aguas y es una amenaza para la vida animal. Otras sustancias simila­res son cocamide DEA, lauramide DEA o MEAy trietanolamide (TEA). Otro ingrediente de este ti­po, el carragenato, ha producido cáncer en estudios realizados con animales.

Fragancias artificiales
A pesar de la apa­riencia inocente de los términos perfume o fragancia, tras ellos se esconden enlaces policíclicos de origen petroquímico. Son reproduc­ciones sintéticas de los olores naturales que se han demostrado altamente aler­gizantes. Se acumulan en los tejidos adiposos y en la leche materna. En algunos casos los fa­bricantes incluso añaden el adjetivo natural justificándose con que se tra­ta de copias molecularmente exactas. Son peligrosas, porque la mayoría de ellas contiene elementos que, una vez sobre la piel, influyen el equilibrio hormonal y son sospechosos de causar cáncer. En forma de perfume, desodorante o inhibidores del sudor llegan a la piel, donde el sudor descompone las materias que se acumulan en las células, hasta el punto de que en análisis de leche materna, se llegan a registrar altos contenidos de estas sustancias cancerígenas, tóxicas y sospechosas de generar daños genéticos. El acetyl hexametyl causa daños nerviosos y el tonalide y bromocinnamal son irritantes.

Phenol y Phenyl
Fuertes desinfectantes en la medicina, se utilizan en cosmética como conservantes y colorantes. No son recomendables por ser un tóxico celular, que a largo plazo destruye las paredes celulares. El fenol es un alcohol que se produce mediante la oxidación parcial del benceno lo cual lo convierte en un ingrediente tóxico que puede afectar al sistema nervioso central, al corazón, al hígado, al riñón y a la piel. Puede aparecer como nitrophenol, phenolphthalein, chlorophenol. En cuanto al fenil, que se incluye a menudo en los cosméticos como N-phenyl-P-Phenylenediamine y Phenylenediamine Sulfate, penetra por la piel, accede al torrente sanguíneo y puede causar problemas hepáticos. Estos alcoholes son incorporados especialmente en los enjuagues bucales. De hecho, algunos contienen más alcohol que la cerveza y el vino con un 21,6% de alcohol. Al enjuagarse la boca el alcohol actúa como solvente y hace a los tejidos más vulnerables a padecer distintas dolencias, incluido el cáncer. Así lo demuestran algunos estudios. Los datos no dejan lugar a duda: los varones que utilizan enjuagues que contienen un 25% de alcohol tienen un 60% más de posibilidades de padecer cáncer de boca o de garganta que quienes no los usan. En el caso de las mujeres ese peligro llega al 90%. También en muchas lacas para el pelo el 95% de su composición la suele constituir el alcohol etílico.

Liberadores de Formaldehido
El formaldehido es un potente antimicótico. Se utiliza tanto en la fabricación de materiales de construcción, en los que impide el moho, como de muebles, en los que se utiliza para evitar hongos en la madera prensada, etc. Es altamente cancerígeno por inhalación, se acumula en las células dañando las membranas, causa malformaciones en fetos, irrita y envejece la piel. Su uso está prohibido en cosmética, pero al ser un conservante muy barato y efectivo la industria se las ha ingeniado para crear sustancias que directamente no se pueden considerar formaldehídos pero que lo liberan. Se los puede reconocer por llevar las sílabas Urea, comoDiazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea, Polyoxymethylene Urea (no confundir con Urea a secas, que es un derivado del ácido úrico, bueno para la piel). Otra forma de identificar estas sustancias es fijarse en que llevan las letras DM delante del nombre del conservante químico como DM y DMDM Hydantoin, o DMHF. El formaldehído se esconde también con los nombres 2-Bromo­2-Nitropropane-1.3-Diol, Bronidox, 5­Bromo-5-Nitro-1, 3Dioxane, Dimethyl Oxazolidine, Armilacetato o Alkifenol.



Phthal y Phthalate
Los ftalatos son sustancias disolventes y suavizantes que se pueden encontrar con facilidad en cremas, esmaltes de uñas, perfumes, lacas de pelo y desodorantes. Y eso que el Parlamento Europeo prohibió su uso en la fabricación de juguetes que puedan meterse en la boca y en artículos de puericultura ya que se comporta como una hormona dentro del organismo, provocando daños en los sistemas reproductor y endocrino así como un aumento del riesgo de padecer asma y cáncer. Son el dibutylphthalate (DBP),dietylhexylphthalate (DEHP), butylbenzylphthalate (BBP), diisononyl Phthalate (DINP), diisodecylphthalate (DIDP), dietylphthala­te, dimetylphthalate, y el dinoctylphthalate.
En estudios anima­les se han demostrado tóxicos para el híga­do, riñones, testículos y el sistema nervioso. Investigaciones recientes han hallado que las mujeres en edad reproductiva son las que más acumulan este tó­xico en el cuerpo.

Protección Solar
Un problema en cosmética es encontrar sustancias que protejan de los rayos solares dañinos. Antiguamente, se utilizaban filtros minerales a base de óxido de Titanio o Zinc como Zincoxid o Titaniumdioxid. Pero por ser más caros, se han ido reemplazando poroxybenzonebenzophenone, Methoxydibenzoylmethane, o Dibenzoylmethane que son filtros cancerígenos que pueden causar alérgias en cadena y aparecen incluso en las marcas más caras y exclusivas. Ademas son aditivos pesentes en todo tipo de cremas y en tratamientos con retinol. Si éstas contienen sustancias irritantes, la indústria lo compensa agregando filtros solares, para impedir que la piel microscópicamente irritada reciba manchas del sol. Un procedimiento absurdo.

Solventes
Muchos estudios relacionan los solventes con el aumento de la incidencia de cáncer. Algunos de ellos, como los que contienen el término isopropyl, se usan también como solventes de pinturas y forman parte de la composición de los líquidos anticongelantes de los coches. Es una sustancia derivada del petróleo que, sin embargo, la industria cosmética convencional incluye en tintes de pelo, cremas de mano, exfoliantes, espumas de afeitar, colonias y otros muchos cosméticos.

Mercurio
Es un metal pesado de elevada toxicidad a pesar de lo cual a la industria cosmética se la permite utilizarlo como conservante en productos de maquillaje y desmaquillaje de los ojos siempre que su concentración máxima sea del 0,007%. En la etiqueta se puede encontrar bajo la nomenclatura tiosalicilato de etilmercurio.

Antioxidantes sintéticos
Cabe mencionar el butilhidroxitolueno o BHT (también puede aparecer como E-321). Se trata de un antioxidante sintético, que a pesar de no ser un agente mutágeno, es capaz de modificar la acción de ciertas sustancias.

FUENTE: BLOG DHARMATHERAPIA


¿QUÉ OPINÁIS? ¿SOLÉIS MIRAR LA COMPOSICIÓN DE LOS CHAMPÚS?

6 comentarios:

  1. Yo sí! suelo ver la composición de todos los productos cosméticos. Soy partidaria de la cosmética natural. Una entrada buenísima. Mis felicitaciones. Besos

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  2. Lo cierto es que el artículo da miedito si coges el bote de champú y te pones a leer lo que lleva y lo que es :S
    Gracias por la info!

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  3. Perdona, antes comenté con una cuenta que estaba guardada en el ordenador. Era yo. Si puedes borrarla... gracias.
    Yo miro la composición pero nunca me entero de nada. No sé si son buenos o malos. El propylparabeno ese está hasta en las cosas de farmacia hipoalergénicas y dermatológicas :S
    Gracias por tu entrada, es muy útil ;) tomo nota. Besos

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  4. Estamos llenos de productos negativos para nuestra salud, yo estoy intentando comprar productos lo mas naturales posibles, muy buena la entrada, besos! :)

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  5. Te he dejado un premio en mi blog!
    Un besote!

    http://entrecosmeticos.blogspot.com

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  6. El artículo es genial! Yo siempre miro los componentes y gracias a estra entrada añadiré unos cuantos más a mi lista de perjudiciales!

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